El mayor riesgo está en el espacio entre la persona sana y el enfermo, al tenerlo de frente. No detrás de nosotros. Hay que proteger la cara. Las manos se lavan fácilmente. Mascarilla-careta que cubra toda la cabeza y pueda producirse rápidamente, a bajo costo. De la barbilla hacia arriba, plástico rígido transparente, tipo pet. Hacia abajo plástico flexible, como el polietileno de las bolsas. En el cuello, un sistema de ajuste con cordón, como en las sudaderas deportivas, que al apretarse reduzca o impida el paso de aire. En la parte superior de la cabeza, un soporte como en los cascos de protección, que reciba el peso de la careta. En la parte de atrás la entrada de aire, y la salida del dióxido de carbono (más denso). Ambas entradas pueden cubrirse con tela de mascarilla. La idea es reducir el riesgo de contagio al estar frente una persona enferma, o al manipular objetos contaminados, impidiendo que el usuario pueda tocarse la cara mientras la porte. Reutilizable, lavable con jabón.